martes, diciembre 05, 2017

Lo que no se quiere ver.



Una parte del pueblo hondureño ha concentrado su repudio y odio visceral en a la figura controvertida de JOH, en sus desatinos y abusos legales para forzar una reelección, a mi parecer, ambicionada por políticos de todos los frentes, pero cuya hipocresía y estrategia política les impide admitirlo de momento. Esto hace que muchos ciudadanos consideren al actual presidente como un dictador.
No se lamenta tal calificativo, precisamente. Como sabemos, la dictadura es opuesta a los idearios de una sociedad libre y hay quienes desean quebrantarla y perpetuarse indefinidamente en el poder; lo malo es la falta de reflexión sobre la amenaza que, también, implica la oposición y su perniciosa finalidad de establecer un nuevo régimen, en caso de ganar las elecciones. Un tipo de régimen que comienza como una inofensiva democracia, pero con el pasar del tiempo ve socavados sus cimientos, pervierte su esencia, y terminan, siempre, en la más nefasta dictadura. Venezuela es un claro ejemplo.
Esto, pienso, ocurre porque los hondureños nos hemos dejado seducir por las posturas más extremas, rígidas y corruptas en post de un paraíso utópico concebido para cabezas románticas e ingenuas. De eso trata el populismo latinoamericano, sea de derecha o izquierda. 


Saludos.  

lunes, noviembre 27, 2017

Primeras Impresiones de las Elecciones 2017.



Llego al ineludible día de las elecciones. Día que me agarró medio enfermo y con poca disposición para tolerar las típicas peripecias que se suscitan en los centros de votación, como las prolongadas y desesperantes filas donde uno debe votar. Peor todavía, si te han dado un número de mesa y fila equivocados. Fue así como los encargados del proceso no me encentraban en sus dichosas listas por ningún lado.  
Después de echar las respectivas maldiciones y de estar rebotando de fila en fila, del timbo al tambo, de no encontrarme en las listas que pegan en las paredes, pensé que, al final, solo me faltaría ejercer el sufragio en los baños de la dichosa escuela. Cuando estuve a punto de claudicar, me llevaron a un lugar de información donde me dieron otros datos de ubicación para encontrar de una vez por todas las condenadas urnas.
Así fue como me enteré, casi dos horas desde mi llegada, que el aula donde me correspondía votar era la única en toda la escuela que no tenía fila. Sí, la única; tan vacía estaba que los encargados se miraban preocupados por la falta de asistencia. Mi trámite era de lo más rápido y sencillo.  Pero no, el destino que cargo suele complicarse a medida que avanza mi existencia en este loco país donde me ha tocado vivir.
Cuando marcaba las papeletas con esa especie de crayola para Kínder Garden, Le pedí perdón a Dios por lo que estaba haciendo, obligado a venerar al becerro de oro que es el Estado a favor de sus ineludibles acólitos del dolor: Los políticos. Marcar era un suplicio para mi consciencia, he de confesar, por seguir fiándole nuestras vidas a estos seres oscuros.  
Ya en plena madrugada me entero, cuando al TSE al fin se le antojó dar los primeros resultados de esta contienda electoral, que la clase zelota de nuestra sociedad, encubierta por ese comodín histriónico y narcisista que tienen, aventaja al maquiavélico y reelegible JOH por un margen muy estrecho que devela la imperiosa necesidad de una segunda vuelta electoral inexistente, creo, en nuestro sistema.
Es irónico, pues, que un candidato que todo el año se la pasó denunciado que el proceso electoral era un fraude bien montado por el oficialismo, ahora resulte ser el virtual ganador. Y que la candidata del partido que el mismo fundó para combatir la corrupción no le saca ni un 2% del total de votos escrutados. Eso sin contar con tanto partidito de maletín que ni juntos logran formar una barra decente en los gráficos que nos presentan por la TV. Qué vergüenza y gasto para el país.
Con tales resultados, no auguro nada bueno para esta Nación que se ha dejado seducir por populismos de izquierda y derecha. Con la salvedad que el pueblo rechaza la reelección presidencial, pero esto de nada servirá si el partido a gobernar pretende lo mismo que JOH, pero mediante una constituyente golpista.
 En cuanto al candidato del partido Liberal, sospecho que un gran sector de su propia gente le sirivió un plato muy frío para comer. Solo hay que ver los votos sacados por la susodicha Alianza.
No queda otra que resignarse a aceptar los resultados o la tendencia que aparentan llevar este drama político, lo contrario sería dilatar y sufrir más esta espantosa contienda entre quienes codician el poder.  

Saludos.

lunes, julio 11, 2016

Vulgaridad y refinamiento al servicio del mal


La nota de este día fue protagonizada por Marvin Ponce. Este personaje folklórico que se ha ganado la vida a base de su lengua venenosa e iracundo proceder matonil; chupando, desde hace muchos años, de la teta pública bajo el amparo de las clases políticas a las cuales el hombre ha servido. No me extraña que, con semejantes rasgos de marcada inmadurez emocional, sea presa fácil de las provocaciones de sus adversarios en la TV, y que ahora lo tilden de mercenario, poniendo al desnudo su idiotez en detrimento de JOH, el actual patrón.
Cuando Marvin militaba para las fuerzas socialistas, esas mismas conductas de deslenguado y buscapleitos eran celebradas por quien hoy lo espetan e intentan censurar. Ponce fue como el perro guardián de sus intereses mezquinos, y los defendió con la misma rabia que ahora defiende a JOH.
No es que pretenda justificar el talante inculto de Marvin Ponce, pero logro entrever que en el ámbito político hay muchos mercenarios peores que este señor, con la salvedad que el refinamiento profesional asolapa muy bien su naturaleza pedestre.
La tóxica industria de memes en las redes sociales se ensañó con el asesor presidencial, y el aumento de su producción me hace sospechar quién mueve la manivela. Cuidado.

jueves, abril 07, 2016

La verdadera evasión.


La gente en Internet anda muy revuelta por la evasión fiscal de ricos y famosos, pero  todavía más preocupante es la evasión de la realidad misma. Vivimos tragándonos, casi vivas, las numerosas distorsiones fabricadas desde las ideologías de moda, que adormecen hasta la forma más sencilla de discernimiento o sentido común. En ellas terminamos por ver un horizonte inexistente negándonos esa sana urgencia de captar la amenaza frente a nosotros ¿Será el temor por descubrir una fe traicionada por la demagogia de las clases políticas? ¡Todavía a estas alturas de la historia de la humanidad! Pero si consideramos que a la humanidad actualmente poco le importa la historia, ya podemos entender que se repitan una y otra vez los mismos desafueros.
Y a esto agreguemos una sobredosis de hipocresía colectiva por parte de los supuestos indignados, cuando es bien sabido que a nadie le gusta pagar impuestos ya que son el principal factor para encarecer el costo de la vida. Si tuviéramos los llamados paraísos fiscales  a la vuelta de la cuadra, seguro depositaríamos nuestras ganancias en ellos, en especial si son exiguas y nos ha costado arduo trabajo y tiempo ganarlas. O quizá nos da cólera y envidia saber que hay personas capaces de darse semejante lujo a costa de nuestra ingenuidad.
Pocos quieren aceptar el hecho, tan evidente, de que son los mismos políticos (o sus allegados) quienes nos someten a regímenes fiscales severos para expoliar nuestra riqueza ¿Todo para qué? Para malversarla a través del Estado y filtrar el erario, a su favor, hacia los países que ellos mismos satanizan como receptores de dinero sucio.
El escándalo de Panamá Papers es abrumador, sí. Pero no es un acto como para calificarlo de “terrorismo fiscal”. Ya van metiendo la palabra “terrorismo” donde quieren para captar la atención de la personas y crearles un miedo inapropiado con fines claramente manipuladores. Ahora emplearán dicha palabra con la alevosa intención de calificar cualquier cosa que nos les guste y condenarla de ante mano. Así lo han hecho con la palabra “fobia”, ya sabrán con qué propósitos. Distorsionando los términos, haciendo unas ajustadas extrapolaciones, van cambiado el lenguaje, su significado, y, con ello, nuestra forma tanto de pensar como de  percibir el mundo. Nos manejan a punta de psicología.
El problema no radica precisamente en los paraísos fiscales, sino en el infierno impositivo en el que se han transformado nuestros países a causa del voraz accionar de los administradores del Estado. De ahí proviene toda esta calamidad moral. No podemos, creo, seguir evadiendo ese enorme hecho frente a nosotros.

Un saludo. 

miércoles, marzo 23, 2016

La violencia

La violencia es inherente al ser humano; por tanto, a nadie le debería extrañar que acciones tales como la guerra sean, históricamente, una de nuestras vitales caracterizaciones, por muy detestable que nos pueda parecer; ni tampoco es justo, aunque comprensible en ciertos casos, desarrollar una misantropía que haga repudiable nuestra existencia en el universo por este rasgo, tan natural, e igualmente distintivo de casi toda forma de vida que conocemos.
La violencia va en nuestros genes, aporta la fuerza que requerimos para sobrevivir. Incluso, hasta las deidades en las cuales el hombre ha puesto su fe a lo largo de milenios, y de las cuales él mismo cree que deriva a imagen y semejanza, también han mostrado ser belicosas cuando es necesario.
Eso de que hemos sido creados para la paz, más que un idealismo romántico, resulta una tremenda falacia que solo se la tragan ciertos ilusos. Hasta el propio Jesucristo declaró que no vino precisamente a traer la paz en la tierra (Mt 10:34), o al menos la paz que nosotros exigimos.
Tampoco es correcto pensar que nuestra finalidad es ser hostiles y crueles. La misma vida impone la necesidad de un espacio y tiempo para la paz, que casi siempre es relativo, por ello es tan precioso y anhelado por los seres humanos; porque la paz no es absoluta.
Pero en occidente tenemos un colosal dilema ideológico para concebir la paz y atender la guerra. Las ideologías pudientes en la actualidad (socialismo y socialdemocracia), odian más a sus adversarios políticos que a los propios terroristas que pretenden combatir. La estupidez de las masas consiste en responder a las agresiones con un pacifismo pusilánime y descaradamente hipócrita, por las razones antes expuestas. Y de ese fraccionamiento cultural insufrible se aprovechan el enemigo para asestar la puñalada cuando menos se espera.
Occidente se muestra compungido con las victimas de París y Bruselas, pero poco o nada dice de las matanzas en África, o los católicos masacrados solo por practicar su fe allí donde estos grupos extremistas tienen sus bastiones, ya lo sabemos. Nos falta integridad y ser honestos para dar respuestas eficaces. Nuestras luchas intestinas, aunque no siempre son llevadas a cabo con armas, terminan por hacernos vulnerables ante un enemigo que conoce perfectamente las debilidades de nuestra cultura y sistema. 
Si bien esto no se ha resuelto a punta del tradicional bombardeo, tampoco la solución pasa por los típicos plantones para lucir caras demacradas, cantar la patética canción “Imagine” de John Lennon o hacer circular toda clase de memes anti-belicistas por las redes sociales. De nada sirve renegar sobre nuestra naturaleza violenta y hacernos los sorprendidos cuando vemos esta clase de atentados, eso no  soluciona en concreto ninguna guerra, más bien creo que las ha prolongado.

Saludos. 

martes, marzo 08, 2016

Zelotes catrachos

Cada vez que el gobierno de JOH hace alarde de sus acciones para refrenar el crimen organizado, saca pecho de estadísticas que le arrancan pequeños porcentajes a la violencia, aparecen, al día siguiente, ciudadanos masacrados en las principales ciudades de este país. Lo mismo ha ocurrido con la mentada operación “Avalancha”, que puso al descubierto a dónde iba a parar todo ese dinero que supuestamente procede de la extorción. Y de repente, tras un fatídico madrugón se anuncia el asesinato de la dirigente indígena y activista del medio ambiente Berta Cáceres. Los ecos traspasaron nuestras delicadas fronteras y la condena internacional del crimen le cayó como balde de agua fría al Gobierno, que por aquel entonces transaba el escenario político para una posible reelección presidencial con sus adversarios. La promoción de seguridad se desplomó con este lamentable hecho. Ahora, las preocupaciones se le agolpan al Presidente porque es incapaz de invertir esa maldita imagen de país violento y corrupto que posee Honduras; cuya responsabilidad, lo sabemos, tiene mucho que responder toda nuestra clase política.
 Y hablando de grupos políticos (de uno en particular) notamos que en el sepelio mediático de Cáceres abundaba en dolientes carentes de lágrimas; pero no de consignas incriminadoras, patéticas muestras de repudio que colgaban de puentes y lo que siempre les ha caracterizado cada vez que se manifiestan: el pillaje que proyecta su aversión hacia la propiedad privada, el capital y las personas que lo trabajan y se benefician del mismo ¿Y por qué no? también les vale esa muerte para hacer proselitismo; nunca está de más reciclar el cuerpo de sus partidarios para llenar de significado sus espectáculos carentes de sentido común, ni se echará de menos esa falta de moral en una raza de víboras que juegan a ser dioses y héroes por su nefasta sed de poder.
Son nuestra propia clase Zelota, a la hondureña, que nos “defiende” del imperio gringo por medio de su radical y deformado credo socialista. Estas personas que desean refundar el país a punta de violencia y la tergiversación del auténtico espíritu democrático, valiéndose de la ignorancia del mismo pueblo al que pretenden someter. El mesianismo político es bastante común en países con la impronta milenaria de estar siempre dependiendo de amos, y no de querer trazar la ardua, pero más justa, senda hacia el desarrollo sin tener que sacrificar nuestra libertad.

Saludos.  

jueves, febrero 18, 2016

El Zancudo y el Gobierno, dos males endémicos.

El día de hoy llegaron a mi casa inspectoras del Gobierno a verificar que no existen criaderos de zancudos, pues como ya sabemos, en Honduras “estamos” metidos en una campaña sin cuartel contra el vector que trasmite enfermedades tan escandalosas como el Zika. Quien atendió a las empleadas de salubridad fue mi hermana, y le ordenaron quitar un florero con un ramillete que tenemos frente a la pequeña estatua que representa parte de nuestras creencias religiosas. Las flores que estaban puestas en agua quedaron tiradas en un recodo del jardín. Transgredir  esta intromisión es, como ya sabemos, resignarse a padecer el fetiche de las multas que tanto goce sádico les provoca a los agentes del poder.
Estoy de acuerdo que floreros como este, donde se deposita agua, pueden convertirse en acogedoras cunas para las larvas del condenado zancudo, por tanto no es recomendable emplearlos. Sin embrago, cuando mi hermana nos relató esto, a mi hermano y a mí,  también mencionó algo que nos pareció inapropiado. Estas mujeres llegaron a revisar la pila de mi casa para ver si tenían larvas y no nos dejaron el insecticida (abate) que, se supone, el Gobierno debe proporcionarnos. Mi hermana se los pidió, pero las empleadas públicas se negaron a darle las bolsitas, alegando que la pila no requería más insecticida, pues miraron que en el fondo de esta había regado un poco del químico. Mi hermana les aclaró que ese abate era viejo, y cuando se lavara la pila, no tendríamos con qué “abatizarla”. Estas mujeres le respondieron que lavara la pila dentro de un mes.
Entonces mi hermano le dijo a nuestra hermana: “¿Y por qué no les preguntaste si ellas se bañan una vez al mes?”. Es así como nos quedamos sin bolsitas de abate nuevo y flores para la veneración. Lógico, la pila se lavará tenga o no abate, porque no vamos a ser puercos a costa del incoherente accionar de ciertas personas.  
Para ser sincero, no me ofusca tanto esta y otra clase de atropellos a nuestra dignidad; los catrachos hemos desarrollado una perniciosa tolerancia a los mismos a lo largo de la historia. Lo que produce grima es recordar que los Gobiernos emplean este tipo de epidemias para violentar los derechos individuales de las personas, con el motivo poco convincente de protegerlas. Para ser más específico, la clase política aprovecha toda la gama de crisis, sea económica, social, sanitaria, etc. para tener mayor control sobre la ciudadanía y acceso a sus recursos. Y como siempre estamos en crisis… A esto le sumamos el pregón altruista de “primero están los pobres”: la épica lucha contra la “desigualdad social” (termino eufemístico que también alude y condena la libertad económica) emprendida por aquellos que intentan equilibrar la balanza de la riqueza, termina, como ya sabemos, en más pobreza; con los bolsillos de los políticos y su clientela bien llenos.
Hay que estar alerta y ver como su legalismo dictatorial poco a poco quita espacio y oportunidades para vivir en un sistema que respete la libertad ciudadana sin tener que reñirla con aspecto concernientes a la seguridad. Los momentos de crisis, reales o inventados, son las oportunidades mejor valuadas de los acólitos del poder.

Saludos.